lunes, 20 de junio de 2005

Misión de los Franciscanos Seglartes en el Mundo

"Sepultados y resucitados con Cristo en el Bautismo, que los hace miembros vivos de la Iglesia, y a ella más estrechamente vinculados por la profesión, hagánse testigos e instrumentos de su misión entre los hombres, anunciando a Cristo con la vida y con la palabra".

Nuestra vocación, y nuestra identidad tiene como objetivo la misión, que todos hemos ratificado el día de nuestra profesión, como verdadero compromiso social y eclesial. Pero este compromiso no es solamente para nosotros Franciscanos Seglares, sino para todo fiel creyente y grupo de la Iglesia. Hoy debe resonar con gran alegría la llamada que el mismo Señor nos dirige a nosotros y que un día le encomendó a San Francisco el Señor en la ermita de San Damián"Francisco, Ve Repara mi Iglesia que amenaza ruina". Esta invitación a la misión se realiza de una manera diversa a nuestros hermanos de 1ª y 2ª Orden pero que realizamos desde la comunión vital de encarnar el carisma Franciscano del poverello en la sociedad y en la Iglesia.






El día de nuestra profesión ratificamos solemnemente nuestro compromiso personal y comunitario de vivir la misión (El Señor me concedió hermanos), por tanto la Fraternidad nos ayudará a crecer en el amor fraterno, en el proceso formativo, que nos ayudará a salir al mundo a desarrollar nuestra tarea de evangelizadores.

La Fraternidad, comprometida con la misión, debe de acompañar a sus miembros en las nuevas exigencias de la sociedad. La Iglesia comprometida con todo apostolado realizado por los hermanos. La fraternidad debería buscar espacios para dar a conocer los distintos proyectos apostólicos.

Misión significa caminar junto al hermano solo, pero también significa solidarizarse con sus problemas. Cooperar en la misión de la Iglesia es restaurar y levantar al hombre roto por tantas situaciones desgarradoras que han vivido y les han llevado a una situación sin esperanza de futuro. Nuestra tarea ha de ser ir recomponiendo poco a poco la confianza de nuestros hermanos y levantar la esperanza y la confianza de que para ellos hay futuro, basado siempre en la comprensión y en el amor.