domingo, 1 de mayo de 2005

El Franciscano como creador de alternativa


El mundo al que Francisco y Clara exhortaban a renunciar, era el que exaltaba y sacralizaba la violencia. Al que establecía injustas desigualdades sociales, a través de la sociedad estamentaria medieval y al mundo que buscaba honores y riquezas, y exaltaba el poder, como camino de realización personal. A este mundo, contrario a la voluntad de Dios, y a los valores predicados por Jesús, el franciscano debe renunciar. A este mundo, y no a las realidades temporales; como lo hicieron también, por ejemplo, los primeros evangelizadores franciscanos que llegaron a América. Cuando ellos llegaron a las indias, renunciaron al mundo de los conquistadores, configurado por la rapiña y la crueldad; para seguir un camino alternativo, que tenia como referente, no a la cristiandad europea, sino a la comunidad cristiana primitiva.

El Franciscano, un creador de alternativa

Tomado de la intervención del Prof. Mario Cayota *,ofs a la Presidencia del CIOFS.

Cuando Francisco habla de mundo no se esta refiriendo a las realidades temporales, sino como ya lo señalaba el apóstol San Juan, a la mentalidad, a la organización de estas realidades, sobre la base de anti-valores contrarios al Evangelio. Del mismo modo, la salida del siglo, supone renuncia a un estilo de vida, o sea, no dejarse contaminar por el.

El mundo al que Francisco y Clara exhortaban a renunciar, era el que exaltaba y sacralizaba la violencia. Al que establecía injustas desigualdades sociales, a través de la sociedad estamentaria medieval y al mundo que buscaba honores y riquezas, y exaltaba el poder, como camino de realización personal. A este mundo, contrario a la voluntad de Dios, y a los valores predicados por Jesús, el franciscano debe renunciar. A este mundo, y no a las realidades temporales; como lo hicieron también, por ejemplo, los primeros evangelizadores franciscanos que llegaron a América. Cuando ellos llegaron a las indias, renunciaron al mundo de los conquistadores, configurado por la rapiña y la crueldad; para seguir un camino alternativo, que tenia como referente, no a la cristiandad europea, sino a la comunidad cristiana primitiva.

El franciscano, ya sea religioso o seglar, es siempre un creador de alternativa. Un buscador de un camino diferente al del mundo. Al del mundo en el sentido, del que hablamos. Hoy, los franciscanos seglares, debemos renunciar entre otras cosas, a la sociedad de consumo, al hedonismo, al relativismo, sobre el cual su Santidad Benedicto XVI, tanto habla y con toda razón. Y a las ideologías materialistas, que de un lado y del otro, intentan seducirnos. No nos olvidemos que el franciscano, debe ser siempre un hacedor de alternativas. No conformarse con el mundo: (por ejemplo) no aceptar la competencia, ni el mercado como valores absolutos, aun cuando reconociéndolo como necesario. No conformarse con el mundo hoy, supone dar testimonio, de una familia, distinta a la que hoy quieren vendernos e imponernos. No conformarse con el mundo, es dar testimonio con la vida, de los valores del evangelio, tan diferentes a los que hoy se presentan en la TV, en los medios de comunicación y hasta en las leyes que se están aprobando.

Sin duda que el franciscano de hoy debe asumir las esperanzas y las inquietudes del mundo en que vive, como las vivió también Francisco asumiendo los desafíos, que se nos presentan, y aceptando todo lo que de bueno tiene el mundo actual.. Debemos ser hombres de nuestra época. Francisco y Clara fueron hombres de su época, e incluso, estuvieron condicionados por su cultura, aun cuando en una tarea de discernimiento la trascendieron. Pero también, necesitamos renunciar al mundo contrario al Evangelio. Necesitamos salir del siglo, cuando éste, nos presenta un tipo de vida distinta a la franciscana. De ahí la necesidad de la penitencia, de la conversión, de la metanoia. Esta precisión, aun cuando conocida, es necesaria tenerla presente: lo que para el franciscano es el mundo, lo que para el franciscano es la salida del siglo, y lo que para el franciscano es asumir un compromiso en el mundo contemporáneo. La confusión, de los conceptos a que hacíamos referencia, es más extendida de lo que se cree, e induce a asumir actitudes alienantes, que nos llevan a desentendernos de forma egoísta, bajo capa de espiritualidad, de las realidades temporales, que los documentos pontificios y conciliares, nos enseñan, que como seglares, debemos ordenar, según la justicia y la caridad. No desentendiéndonos de ellos. Recuérdese en este sentido, el claro mandato de Jesús, que debemos ser, sal y luz de la tierra.

Prof. Mario Cayota, ofs. Historiador, escritor y franciscano seglar, actual Embajador del Uruguay ante la Santa Sede. Cuando era ministro de su fraternidad, fue propuesto como candidato de consenso de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Montevideo, encargo que asumió y luego lo ha dejado cuando fue designado como Embajador ante la Santa Sede de Uruguay.