 Aunque durante todo el año lo tenemos presente, durante el mes de junio se nos presenta la oportunidad de poder ofrecerle un “regalo” cada día: una sonrisa a quien lo necesita, un rato de compañía al que se siente solo, un rato de oración o, algo tan sencillo como sentarnos ante su imagen y decirle: Jesús, manso y humilde corazón, haz mi corazón semejante al tuyo.
Aunque durante todo el año lo tenemos presente, durante el mes de junio se nos presenta la oportunidad de poder ofrecerle un “regalo” cada día: una sonrisa a quien lo necesita, un rato de compañía al que se siente solo, un rato de oración o, algo tan sencillo como sentarnos ante su imagen y decirle: Jesús, manso y humilde corazón, haz mi corazón semejante al tuyo.Para seguirle no estamos solos. Contamos con la mejor compañía:
 
