domingo, 26 de octubre de 2008

Al pie de la Navidad

Junto a Francisco y en aquel momento de Greccio, donde nuestro padre, vertió lágrimas dulcísimos de emoción al hacer revivir de nuevo al Niño Dios en su nacimiento en la tierra, os pido que nos unamos los Cruzados,con toda la ternura de que seamos capaces en ese abrazo fraterno del amor, en una misma oración de alabanza y acción de gracias, junto al Amor hecho carne, en una Navidad renovada.


Allí se encuentra la hoguera más ardiente que funde las penas y transforma las actitudes torcidas en sendas de esperanza; allí es donde convergen todas las distancias que nos separan, en un solo punto: ¡Jesús, el Amor visible!


En él, se transforma lo humano en divino.


Desde él, se proyecta la luz que aleja los temores.

En él, se enriquecen los pobres, con la abundancia del Reino.

Allí hay vestiduras blancas, con las que distingue a sus invitados.



Se comprende que Francisco, ya no ambicionara nada de la tierra, cuando contempló en su alma, la hermosura de la bondad del Dios Niño.


…Y la Palabra que resonando desde el Cielo, apareció en la tierra, lucia la espléndida vestidura de la pobreza extrema, vestidura regia con la que se ciñó el Rey y la Reina en aquella primera noche de Navidad; Así lo vio Francisco balbuceando su nombre y temblando de emoción.

Felices fiestas para todos en la humildad de la Navidad.



Maria Paz/CRUSE de Madrid

presidenta de la Fraternidad Consagrada de los Cruzados Seráficos de la OFS de España