jueves, 20 de marzo de 2008

oracion

Otro ejemplo de la oración de San Francisco son las dos oraciones que dedica a María. Una, la antífona del Oficio de la Pasión y otra el Saludo a la Bienaventurada Virgen María. Cada una de las oraciones tiene dos partes : La aclamación y la súplica.

La antífona: Fruto de ese corazón ardiente de amor, Francisco nombra a María de forma aclaratoria para presentarla como "Santa Virgen" y la presenta íntimamente relacionada con la santísima Trinidad: María es Hija, y esclava del Padre, madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo (Aclamación ).

Con estas relaciones de María tan espléndidas con Dios, se dispone Francisco a ponerla como mediadora junto San Miguel Arcángel con todas las virtudes del cielo y todos los santos ante el santísimo Hijo amado, Señor y maestro. Esto sería la súplica.

El saludo a la Bienaventurada Virgen María : Aquí la aclamación se hace reiterativa. Ocho veces aparece la aclamación "Salve". Pero a pesar de estar dirigida esta aclamación a la Virgen, Francisco deja traslucir su devoción a la Santísima Trinidad. En su segunda parte surge como una antífona laudatoria hacía María tal como Francisco la ve adornada por la Santísima Trinidad.

La tercera parte contiene la súplica dirigida de una manera especial al Espíritu Santo , para que "las santas virtudes sean infundidas en los corazones de los fieles, para hacerlos, de infieles, fieles a Dios".

Creo que como botón de muestra es suficiente para que nos aprovechemos de esta riqueza espiritual. La oración de Francisco es para leerla , meditarla, hacerla nuestra, restituírsela a Dios y llevarla al mundo hecha vida.

Eso es lo que hace con LA ORACIÓN DEL SEÑOR : La Paráfrasis del Padrenuestro: la medita, lo contempla, lo hace suyo y nos lo devuelve. Bien, pues ojala que esto nos sirva a todos para ser mejores Franciscanos