
Otro momento de la enseñanza de Francisco como maestro de oración lo encontramos en la preparación para el rezo de "las horas " donde se percibe la fruición de Francisco en la bondad de Dios. Termina diciendo así : Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien , sumo bien, bien total. que eres el solo bueno. Haz que restituyamos toda alabanza, toda gloria gracia , todo honor y todos los bienes . Hágase. Hágase. Amén.
La multiplicidad de las imágenes que se han ido desgranando se transforman en una interminable serie de alabanzas ante la visión de la plenitud: Dios en todas las cosas. Hace un elogio de Dios y de la pequeñez del hombre que a Él se aproxima, pero el hombre, Francisco, responde a la experiencia de de la bondad de Dios con su decisión y propósito de alabarle.
Otra de las composiciones oracionales de Francisco es el "Oficio de la Pasión del Señor", el Misterio Pascual. Pero Francisco no se fija solamente en la Pasión de Cristo. En realidad se fija también en otros momentos de la salvación : la creación del mundo, la resurrección, la segunda venida de Cristo y el juicio final.
El Oficio de la Pasión abarca, pues, todo el misterio pascual, tal como proclamamos en la eucaristía inmediatamente después de la consagración "anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección ¡Ven Señor Jesús!. Dentro de la composición podríamos llamar a este, el Oficio Parvo Franciscano, hay un salmo especial como es el salmo de Navidad. En él, Francisco llama a la alegría y a la alabanza de la encarnación de Dios, por su humildad " al nacer fuera de casa siendo colocado en un pesebre porque no había sitio en la poosada". Francisco invita a la alabanza de la creación. Leer más